EJERCICIO 6


Sócrates

(Atenas, 470 a.C. - id., 399 a.C) Filósofo griego.
Sócrates fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.
La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, Las nubes (423), donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso.
Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa.
Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez. En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado.
En el año 399 a.C. fue acusado de introducir nuevos dioses y corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios se la democracia ateniense.
Según Jenofonte, la causa de fondo para llevar a Socrates a juicio fue que él abrió sus puertas como discípulo critias (dialogo), quien integró el cuerpo político-militar espartano denominado los treinta tiranos, quienes se hicieron de poder de Atenas tras la guerra del Peloponeso, sometiendo a la polis a una matanza terrible y vaciamiento económico, por el tiempo de un año.
También se hace mención que pidió jocosamente que se le podía condenar simplemente:” invitándole a comer en los banquetes comunales”, en alusión de que estos eran deplorables. Esto enfado al jurado y nuevamente votaron por la pena de muerte. Sus amigos le propusieron pagar una fianza, e incluso planearon su huida de la prisión, pero prefirió acatar la Ley muriendo por ello.
Fue juzgado, declarado culpable y muerto por envenenamiento por cicuta en el año 399 a.C. en Atenas (Antigua Grecia), a la edad de 70 años.

Posteriormente, en su honor a modo de reconocimiento, la Academia Moderna de Atenas, colocó una estatua suya en la entrada de la Institución.
Aportaciones:

Análisis crítico de los conceptos de la vida

Sócrates concibió la filosofía moral; es decir, aquella que reflexiona sobre concepciones que hasta el momento eran consideradas actos propios de la naturaleza que carecían de un porqué.
Sócrates introdujo la filosofía y la reflexión en los hogares de Grecia, generando en los interesados nuevas perspectivas sobre las nociones de la vida cotidiana, de las virtudes y los vicios, del bien y el mal.

Introdujo el tratamiento filosófico de todas las cuestiones posibles, ya que para él, ningún aspecto de la vida carecía de importancia.

Una mirada objetiva sobre concepciones sociales

Según los diálogos de Platón, en los que Sócrates es el principal orador, este es mostrado como escéptico ante casi cualquier tema presentado.
El filósofo griego impulsó la búsqueda de una mirada objetiva sobre conceptos sociales, como la justicia y el poder, que para entonces eran dados por sentado o sobreentendidos por el ciudadano común.

Sócrates, al contrario de sus predecesores, centrados en temas científicos, comenzó a abordar por primera vez la problemática de la ética en diferentes prácticas del hombre, así como en lo correcto o incorrecto de su accionar frente a situaciones determinadas.

El dialogo y la argumentación

Sócrates se centraba en la discusión y el debate como principal forma de exposición de ideas. Frente a quienes dudaban de sus habilidades, se presentaba como un ignorante de ciertas temáticas, considerando que solo a través de la discusión de podía enriquecer el conocimiento.
Para el filósofo, la exposición de ideas argumentadas era el resultado de la examinación y reflexión profunda acerca de un tema.
Todas las corrientes y posiciones filosóficas que han surgido desde entonces continúan exponiendo sus ideas de manera sustentada, develando el carácter analítico y no solo contemplativo de la filosofía.

 A Sócrates se le atribuye el manejo de las definiciones generales sobre ciertas temáticas y el uso del argumento inductivo para garantizar el intercambio efectivo de ideas.

Aplicación de la mayéutica

La mayéutica es una técnica cuyo origen se remonta a una forma de ayuda de durante el parto. Sócrates tomo esta idea y la traslado al ámbito filosófico.
Con la implementación de esta técnica durante una discusión, Sócrates permitía a su interlocutor o alumno generar el conocimiento que buscaba a través del cuestionamiento constante sobre todos los aspectos de un mismo tema.

De esta forma, Sócrates interpretaba el papel de ayudante de parto, permitiendo que las respuestas que el buscaba su alumno se vislumbraran ante sus propias preguntas. El objetivo del filósofo con esta técnica era iluminar el alma a través del conocimiento.

La ironía y la dialéctica socráticas

Sócrates estimaba que mediante la búsqueda auténtica del conocimiento se era capaz de percibir la verdadera esencia de un hombre.
Conocido por tener un carácter irónico, Sócrates utilizaba a su favor estos modos de expresión para dejar al descubierto falsas pretensiones o malas intenciones de otros hombres que buscaran desprestigiarlo.
Sócrates consideraba que el la iluminación podía estar al alcance de todos los hombres, pero solo como resultado de un duro esfuerzo y dedicación.

 Con estas cualidades impulsó posiciones escépticas antes cualquier postulado o idea que no se sometiera a una exhaustiva examinación participativa.

Primeras percepciones sobre la belleza

Sócrates tuvo una posición bastante fuerte frente a las expresiones de belleza a su alrededor. Consideraba la belleza como una “efímera tiranía” dado su carácter evocativo y temporal.
Pensaba que las cosas bellas no hacían sino generar expectativas irracionales en el hombre, que podían conducirlo a tomar decisiones negativas, que generaban violencia.

Esta posición frente a la belleza sería un legado que continuaría explorando Platón, frente a las formas de expresión artística que comenzaban a surgir en la Grecia Antigua como manifestaciones de belleza.

Continuidad mediante la enseñanza

El simple hecho de que Sócrates no haya dejado obra escrita alguna, y que todas sus ideas y propuestas se hayan conocido a través de las obras de sus discípulos y alumnos, que también se encargaron de esbozar un retrato del sabio filósofo, pone en evidencia el rol que jugaba Sócrates en la sociedad y en su búsqueda por el conocimiento.
Nunca se consideró un maestro, más bien le gustaba verse a sí mismo como un agitador de consciencias. En algunos textos es presentado como un hombre que compartía y discutía con todo aquel interesado; en otros resaltan que cobraba por esta práctica, aunque su noción sobre la filosofía no era la de un oficio.

A partir de estas primeras percepciones impulsadas por Sócrates, otros filósofos, como Antístenes (escuela cínica de filosofía), Arístipo (filosofía cirenaica), Epicteto y Platón comenzaron a dar forma a sus propias reflexiones, plasmarlas en obras y emprender el continuo desarrollo de la filosofía hasta la actualidad.
Conclusión:

Sócrates, fue una persona muy importante porque él fue, el que comenzó a cimentar las bases para el pensamiento filosófico, ya que él se ponía a pensar y reflexionar lo que otros no se ponían a pensar y reflexionar sobre la filosofía.

Platón

(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego.
La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita, junto al hecho de que Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos aspectos al de su maestro, explican en parte la rotundidad de una afirmación que puede parecer exagerada. En cualquier caso, es innegable que la obra de Platón, radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín sobre la filosofía platónica.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.

Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; tras una negativa experiencia en Siracusa como asesor en la corte del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de filosofía, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de Academia. La Academia de Platón, una especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos, contaba con una residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.

En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de novecientos años (hasta que Justiniano la mandó cerrar en el 529 d. C.), y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como su discípulo Aristóteles.

Aportaciones:

Diálogos y dialéctica

La narrativa utilizada por Platón permitió poner de manifiesto los pensamientos socráticos y posteriormente los platónicos.

A diferencia de otras formas de desarrollo del pensamiento filosófico, el método dialógico permitía la discusión de los puntos temáticos para al final revelarse la verdad.

Esta técnica confrontaba un poco el carácter idealista de Platón con la minuciosidad en el análisis de los temas que se planteaba.

Funcionó para brindar al pensamiento filosófico una base dialéctica y narrativa que no se enfrascara en la simple exposición de postulados e ideas abstractas, sino que pudiesen transferirse a un plano real.

Teoría de las ideas

Platón negaba la realidad absoluta del mundo que habitamos; por lo tanto la mayor parte de sus contribuciones se sustenta en la teoría de las ideas. Platón establecía que cada palabra denominación de algo no se refería específicamente a eso, sino a su versión ideal.

Era deber del hombre, a través del conocimiento, acercarse al estado ideal de las cosas y el entorno.

Para una mejor comprensión de este supuesto, Platón desarrolla el Mito de la Caverna, en el cual los hombres se encuentran encadenados dentro de una cueva, viendo frente a ellos las sombras que representan las cosas. Como son lo único que conocen, las toman como reales.
Solo cuando el hombre rompe sus cadenas y sale de la caverna, es cuando verá el estado ideal de todo lo que le rodea. El deber del filósofo es volver a la caverna y enseñarles a los ciegos todo lo que yace afuera, aunque no sea una tarea sencilla.

Anamnesis

Platón introdujo la anamnesis (término aplicado también en las ciencias de la salud) en la filosofía como la capacidad del alma para recordar experiencias y conocimientos previos que se olvidan al dejar el cuerpo y entrar en otro.
Para Platón, el conocimiento son recuerdos que el alma ha adquirido en etapas previas, y que deben ser despertados en cada hombre para su fácil acceso.
Esta forma de conocimiento representaría un acercamiento a la forma ideal de cada elemento existente.

La búsqueda metódica de conocimiento

La Academia fundada por Platón no era un centro de enseñanza abstracta. Las ciencias manejadas hasta el momento (geometría, aritmética, astronomía, armonía) eran los campos fundamentales de investigación dentro del recinto. Platón desarrolló y mejoró las técnicas didácticas existentes hasta el momento.
La teoría y aplicación de la hipótesis fue mejorada por Platón, hasta brindarle un nivel de fuerza necesaria para ser parte fundamental de toda investigación.
Para el griego, una hipótesis debe explicar los hechos; de no lograrlo, se debe buscar otra. A través de la demostración de hipótesis el hombre se acerca al conocimiento de la verdad.

Conclusión:

Platón fue otra persona muy importante en la filosofía e hizo varias aportaciones, creo muchas teorías y creo una academia donde le daba clases a Aristóteles que era su mejor estudiante.
Aristóteles

Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad macedonia cercana al monte Athos; de su población natal procede una designación habitual para referirse al filósofo: el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo II de Macedonia y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina, y que de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual podría mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.

En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta lógico si se tiene en cuenta que la filosofía de Aristóteles iba a fundarse en una profunda crítica al sistema filosófico platónico.

Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las dificultades de Platón para insertar en el mundo real su mundo eidético, el mundo de las Ideas, obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como «sustancia», «materia» y «forma», que le alejarían definitivamente de la Academia. En cambio es absolutamente falsa la leyenda según la cual Aristóteles se marchó de Atenas despechado porque Platón, a su muerte, designase a su sobrino Espeusipo para hacerse cargo de la Academia: por su condición de macedonio, Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.

Aportaciones:

Un sistema formalizado del razonamiento 

Considerado por muchos como el padre del campo de la lógica, Aristóteles estableció los fundamentos de la argumentación y la lógica dándole énfasis al buen razonamiento, incluyendo la idea de que las virtudes y la moralidad se desarrollaban al razonar y pensar.

Aristóteles fomentó el enfoque a la importancia de las premisas (o bases) como parte de la estructura de un argumento en vez del contenido del argumento. De esta manera, si las premisas del argumento eran verdaderas, entonces la conclusión también debería serlo.

Las ideas de Aristóteles fueron durante muchos años los escalones para el avance en el campo de la lógica.

La analogía política de Aristóteles

Los tratados e ideas de Aristóteles también dejaron grandes contribuciones en el campo de la política, especialmente relacionadas con la estructura, funcionamiento y objetivo de una ciudad-estado.

Aristóteles compara a un político con un artesano en el sentido de que, usando un conocimiento productivo, el político opera, produce y mantiene un sistema legal que sigue principios universales para llegar a un objetivo final.

Aristóteles estudió y fomentó ampliamente la necesidad de un gobernante para la existencia exitosa de una ciudad-estado y de una constitución que constituyera la forma de vida de los ciudadanos y que además definiera el objetivo general de esta organización.

Estudios de biología y de la medicina griega

El campo de la medicina también fue uno de gran interés para Aristóteles. Aunque se destacó por sus estudios en biología, también es considerado como el padre de la fisiología y anatomía comparativa. Se cree que llegó a comparar más de 50 especies de seres vivos durante sus investigaciones.

Aristóteles se vio limitado por los recursos de su tiempo y por tanto, muchos de sus estudios sobre la estructura interna del cuerpo humano y las funciones corporales fueron erróneos.

Sin embargo, esto no le impidió estudiar la anatomía animal, especialmente de aquellas especies que podía comparar con la anatomía humana.

Entre sus observaciones se destacan sus estudios embriológicos, usando el embrión de pollo para describir las primeras etapas del desarrollo, el crecimiento del corazón, y las diferencias entre las arterias y las venas en el sistema circulatorio.

Su doctrina de las cuatro cualidades básicas se considera como la contribución más importante para la teoría de la medicina griega antigua, doctrina que fue usada por muchos médicos y filósofos durante siglos, aunque finalmente fue reemplazada durante el renacimiento.

Las cuatro cualidades básicas según Aristóteles eran calor, frío, húmedo y seco. Durante años esta doctrina le dio forma a la investigación y enseñanzas de muchos filósofos griegos.

Ideas tempranas sobre la teoría de la evolución

Aristóteles fue un gran codificador y clasificador, siendo uno de los primeros filósofos en desarrollar un esquema taxonómico o de clasificación, al estudiar las diferencias y similitudes de docenas de especies de animales con la intención de aprender al compararlas.

El sistema que utilizó para organizar a estos animales y sus diferencias fue uno que iba de lo “imperfecto” a lo “perfecto”, buscando así diferencias que mostraban mejoras o superioridad.

De manera indirecta, Aristóteles empezaba a entender los conceptos de la evolución, más de dos milenios antes de que Darwin publicara El Origen de las Especies.

Entendimiento de la memoria humana

El proceso de aprendizaje por asociación, que se ha vuelto muy popular hoy en día, debe muchos de sus aspectos claves al estudio de la memoria realizado por Aristóteles hace más de 2,000 años. Aristóteles escribió que la memoria se basaba en tres principios:

Contigüidad

Este principio de la memoria se refiere a recordar una idea que se experimentó al mismo tiempo junto con otra.

Semejanza

Se refiere a la facilidad de recordar una idea mientras más similar sea a otra, por ejemplo el presenciar un amanecer puede que traiga a la mente otro día en el que se presenció un amanecer parecido.

Contraste

Hace referencia a recordar lo opuesto de lo que se está experimentando en el momento, como el pensar en un día de mucho frío al experimentar un día de mucho calor.

 El concepto aristotélico de los hábitos

“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito.” Aristóteles.

Para Aristóteles, la concepción de hábitos en el comportamiento humano era más que simples acciones rígidas y autómatas que se realizaban de forma inconsciente.

Por mucho tiempo, la neurociencia ha utilizado este concepto rígido de los hábitos que deja de lado muchos aspectos de la naturaleza humana. Sin embargo, Aristóteles tenía una idea diferente del concepto de la concepción y desarrollo de los hábitos.

Usó tres categorías para clasificar la concepción de hábitos, y estas categorías se basan primero en conocer las características de cierta cosa o idea, después en el conocimiento previo sobre cómo comportarse y, por último, en las ideas aprendidas sobre cómo hacer algo.

Estas categorías representan una disposición adquirida y toman en cuenta aspectos cognitivos del comportamiento humano.

Esta noción del hábito humano ha sido una gran contribución para nuevos conceptos de la neurociencia.

Conclusión:
Aristóteles fue una persona muy importante y dio varias aportaciones, una de ellas las primeras ideas sobre la evolución y la creación de un sistema formalizado del conocimiento.

San Agustín

(Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino
Aurelio Agustín nació en Tagaste, en el África romana, el 13 de noviembre de 354. Su padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su madre, la dulce y abnegada cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño, según él mismo cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y díscolo, aunque excepcionalmente dotado. Romaniano, mecenas y notable de la ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a quien repugnaba el griego, prefería pasar su tiempo jugando con otros mozalbetes. Tardó en aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin porque su deseo de saber era aún más fuerte que su amor por las distracciones; terminadas las clases de gramática en su municipio, estudió las artes liberales en Metauro y después retórica en Cartago.

A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un hijo al que pusieron por nombre Adeodato. Los excesos de ese "piélago de maldades" continuaron y se incrementaron con una afición desmesurada por el teatro y otros espectáculos públicos y la comisión de algunos robos; esta vida le hizo renegar de la religión de su madre. Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus intereses le inclinaban hacia la filosofía, y en este territorio encontró acomodo durante algún tiempo en el escepticismo moderado, doctrina que obviamente no podía satisfacer sus exigencias de verdad.

Sin embargo, el hecho fundamental en la vida de San Agustín de Hipona en estos años es su adhesión al dogma maniqueo; su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo, la religión de moda en aquella época. Los maniqueos presentaban dos sustancias opuestas, una buena (la luz) y otra mala (las tinieblas), eternas e irreductibles. Era preciso conocer el aspecto bueno y luminoso que cada hombre posee y vivir de acuerdo con él para alcanzar la salvación.
A San Agustín le seducía este dualismo y la fácil explicación del mal y de las pasiones que comportaba, pues ya por aquel entonces eran estos los temas centrales de su pensamiento. La doctrina de Mani o Manes, fundador del maniqueísmo, se asentaba en un pesimismo radical aún más que el escepticismo, pero denunciaba inequívocamente al monstruo de la materia tenebrosa enemiga del espíritu, justamente aquella materia, "piélago de maldades", que Agustín quería conjurar en sí mismo.

Dedicado a la difusión de esa doctrina, profesó la elocuencia en Cartago (374-383), Roma (383) y Milán (384). Durante diez años, a partir del 374, vivió Agustín esta amarga y loca religión. Fue colmado de atenciones por los altos cargos de la jerarquía maniquea y no dudó en hacer proselitismo entre sus amigos. Se entregó a los himnos ardientes, los ayunos y las variadas abstinencias y complementó todas estas prácticas con estudios de astrología que le mantuvieron en la ilusión de haber encontrado la buena senda. A partir del año 379, sin embargo, su inteligencia empezó a ser más fuerte que el hechizo maniqueo. Se apartó de sus correligionarios lentamente, primero en secreto y después denunciando sus errores en público. La llama de amor al conocimiento que ardía en su interior le alejó de las simplificaciones maniqueas como le había apartado del escepticismo estéril.
En 384 encontramos a San Agustín de Hipona en Milán ejerciendo de profesor de oratoria. Allí lee sin descanso a los clásicos, profundiza en los antiguos pensadores y devora algunos textos de filosofía neoplatónica. La lectura de los neoplatónicos, probablemente de Plotino, debilitó las convicciones maniqueístas de San Agustín y modificó su concepción de la esencia divina y de la naturaleza del mal; igualmente decisivo en la nueva orientación de su pensamiento serían los sermones de San Ambrosio, arzobispo de Milán, que partía de Plotino para demostrar los dogmas y a quien San Agustín escuchaba con delectación, quedando "maravillado, sin aliento, con el corazón ardiendo". A partir de la idea de que «Dios es luz, sustancia espiritual de la que todo depende y que no depende de nada», San Agustín comprendió que las cosas, estando necesariamente subordinadas a Dios, derivan todo su ser de Él, de manera que el mal sólo puede ser entendido como pérdida de un bien, como ausencia o no-ser, en ningún caso como sustancia.

Dos años después, la convicción de haber recibido una señal divina (relatada en el libro octavo de las Confesiones) lo decidió a retirarse con su madre, su hijo y sus discípulos a la casa de su amigo Verecundo, en Lombardía, donde San Agustín escribió sus primeras obras. En 387 se hizo bautizar por San Ambrosio y se consagró definitivamente al servicio de Dios. En Roma vivió un éxtasis compartido con su madre, Mónica, que murió poco después.

En 388 regresó definitivamente a África. En el 391 fue ordenado sacerdote en Hipona por el anciano obispo Valerio, quien le encomendó la misión de predicar entre los fieles la palabra de Dios, tarea que San Agustín cumplió con fervor y le valió gran renombre; al propio tiempo, sostenía enconado combate contra las herejías y los cismas que amenazaban a la ortodoxia católica, reflejado en las controversias que mantuvo con maniqueos, pelagianos, donatistas y paganos.

Aportaciones:

Teoría del Tiempo

En su libro de confesiones, San Agustín señala que el tiempo es parte de un orden que se conlleva dentro de la mente humana. Para él no hay un presente sin pasado y mucho menos un futuro sin presente.

Debido a ello, menciona que el presente de las vivencias pasadas se mantiene en la memoria, mientras que el presente de vivencias actuales se establece en un futuro próximo.

Con ello logró dar a entender que incluso al recordar se mantiene el hombre en un presente (revive el momento), y al soñar con acciones futuras.

Aprendizaje del lenguaje

Agustín de Hipona aportó grandes pensamientos sobre el lenguaje humano, haciendo referencia en la manera en que los niños aprenden a hablar por medio del entorno y asociación.

Así mismo, aseguró que mediante el habla solo se busca enseñar, porque al preguntar incluso por algo desconocido, se le permite a la persona que tiene la respuesta reflexionar sobre lo que dirá y exponer su punto de vista libremente.

Por otra parte, señaló que mediante el lenguaje se enseña y aprende por medio del recuerdo, que se mantiene almacenado en el alma y se exterioriza con el pensamiento, para comunicarse con las personas.

También recalcó que la oración era un método de comunicación que ya se mantenía en el alma, y que servía solo para comunicarse con Dios de manera directa, para calmar preocupaciones y avivar esperanzas.

Señalamiento de la fe como búsqueda de la compresión

San Agustín afirmó que se debía “creer para entender”, señalando así a la fe como el método perfecto para el entendimiento, ya que es la base de un testimonio y verdad, mediante la razón del sentir.
Con base en ello, invitó a los cristianos a entender la realidad conforme a su fe y las doctrinas impuestas, para que notasen así que todo estaba relacionado y siempre y cuando la fe no fuese indiferente a  la razón, se llegaría un entendimiento pleno.

Refutó el escepticismo

Se sabe que Agustín de Hipona se relacionó en algún momento con el escepticismo, sin embargo al apegarse al conocimiento neoplatónico, definió que al pensar se existía, e incluso si era engañado también, descartando el hecho de que no había verdad.

Influyó en el argumento ontológico

Sus escritos relacionados con la fe cristiana, dieron fuerza al argumento ontológico, dejando claro que Dios era un ser como ningún otro podría existir, alguien sublime y supremo, explicando a los creyentes que al conocerle se sabía la verdad.

Creó una teoría del conocimiento humano

Debido a su percepción del conocimiento, creo una teoría conocida como “Iluminación Divina”, donde menciona que Dios es capaz de iluminar y brindar conocimiento a la mente humana otorgándole las verdades divinas.
Por tanto, quien conozca a Dios y tenga seguridad de su verdad universal, puede develar misterios.

Conclusión:
San Agustin de Hipona fue una persona que aporto muchas cosas entre ellas, 2 teorías
La primera del tiempo y teoría del conocimiento humano
Los 2 basados en sus estudios del conocimiento de dios y el pensamiento humano.

Tomás de Aquino

(Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274) 
En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo el título de maestro en teología.

Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas de San Agustín de Hipona.

En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba en sus viajes. Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó la Suma contra los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el compendio último de todo su pensamiento.

Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento cristiano por el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico que resaltaba la independencia del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el problema de la doble verdad, es decir, la contradicción de las verdades del entendimiento y las de la revelación.

En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París por Siger de Brabante, afirmó la necesidad de que ambas fueran compatibles, pues, procediendo de Dios, no podrían entrar en contradicción; ambas verdades debían ser, además, complementarias, de modo que las de orden sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras que las de orden natural serían accesibles por el entendimiento; filosofía y teología son, por tanto, distintas y complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología deduce racionalmente a partir de las premisas reveladas.

A medio camino entre el espiritualismo agustiniano y el naturalismo emergente del averroísmo, defendió un realismo moderado, para el cual los universales (los conceptos abstractos) existen fundamentalmente in re (en las cosas) y sólo formalmente post rem (en el entendimiento). En último término, Tomás de Aquino encontró una vía para conciliar la revalorización del mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas del cristianismo, a través de una inteligente y bien trabada interpretación de Aristóteles.
Aportaciones:

Teología. Acerca de Dios

Santo Tomás de Aquino desarrolló la idea de qué o quién es Dios. Y lo hizo por medio de ideas positivas tratando de descubrir su naturaleza.

En su pensamiento deductivo, Santo Tomás de Aquino dijo que Dios es simple, perfecto, infinito, inmutable y único.

Según Santo Tomás, Dios no está compuesto de partes, es decir, no tiene cuerpo y alma, ni materia ni forma.

Es tan perfecto que no carece de nada y no está limitado de ninguna manera. Su carácter y esencia son tan sólidos, que nada puede modificarlos.

Filosofía. Tomás de Aquino y Aristóteles

Desde el punto de vista filosófico, Aquino se caracterizó por ser aristotélico. Él tomó el análisis físico de los objetos como punto de partida.

Tomando las ideas y las investigaciones de Aristóteles, Tomás de Aquino profundizó la mirada en los conocimientos y logró transmitir una percepción totalmente diferente y más intelectual de lo que jamás se había hecho.

Básicamente, todos sus conocimientos teológicos están relacionados con esta visión aristotélica.

Quizás, el concepto más destacado en su pensamiento filosófico tiene que ver con su idea de que los objetos, y todo lo que se encuentra presente en el universo, existe junto a su esencia, lo que significa que toda materia existe físicamente, pero su esencia se manifiesta por la perfecta creación de Dios.

Psicología. Tomás de Aquino y la moral

Otro de los aportes de Santo Tomás de Aquino a nuestra humanidad se encuentra dentro del área de la psicología.

Al menos, la lectura de sus documentos permitió que se abran extensos debates acerca de su reflexión.

Puntualmente, él se refirió al libre albedrío provocando una infinidad de deducciones y estudios en este campo.

El ser humano no está limitado por la idea de causa-efecto. Por lo tanto, el ser humano es el responsable de sus propios actos. Sin embargo, la existencia del libre albedrío no es contraria a la existencia de Dios.

Metafísica. La idea de lo estático

Uno de los campos en los que más innovó Santo Tomás de Aquino fue en la metafísica. Sin embargo, toda la línea de pensamiento estaba estrechamente relacionada con sus creencias religiosas. El Supremo Dios está siempre en la parte superior de la pirámide.

En ese sentido, su pensamiento se desarrolló en base a que un mundo estático era la idea de perfección. Según sus palabras, aquello que era inmóvil era lo perfecto.

Distinguió entre el movimiento natural y el movimiento voluntario. Sin embargo, una vez más, todo primer movimiento es realizado por un Ser Supremo, es decir, Dios.

Pedagogía. La Influencia en la educación

El área de la educación no solo fue uno de sus intereses principales, sino que, además, él puso en práctica aquello que teorizaba.

Se desempeñó como docente universitario, lo cual le brindó una experiencia única para luego plasmar sus pensamientos en su obra.

Según su doctrina, si bien es posible descubrir el aprendizaje, o sea, aprender voluntariamente, también es fundamental la enseñanza.

En base a esto, Santo Tomás de Aquino distinguió diferentes tipos de sabiduría: productiva, moral, racional y natural.

Derecho. La Teoría del derecho

Dentro del campo del derecho, la doctrina de Santo Tomás de Aquino juega un rol importantísimo y respetado.
Su pensamiento se toma como uno de los ejes de la teoría del derecho y se expone en todas las cátedras universitarias como punto de partida para la reflexión de los futuros juristas.
Su idea del orden divino, presente en cada exposición de su legado, afirma que el derecho está conformado por leyes que no son más que instrumentos destinados al bien común. Sin embargo, estas leyes son válidas siempre y cuando estén adecuadas a lo justo.

Economía. La propiedad privada

Siguiendo con los grandes aportes de Santo Tomás de Aquino, también debemos decir que su pensamiento sentó las bases para la teoría de la economía.

Él creía que todo lo que nos rodeaba no era realmente nuestro. Debido a que Dios era el gran creador, debíamos compartir todo y debíamos considerarlo un obsequio.

Sin embargo, él consideraba que el hombre necesitaba incentivos para desempeñarse y, en este aspecto, la propiedad privada formaba parte de este incentivo y del resultado del trabajo del ser humano.
Conclusión:
Santo Tomás de Aquino fue un gran pensador y filósofo que contribuyó con la humanidad a través del desarrollo de sus ideas.
Su teoría se basó en la observación, la experiencia y el estudio académico. A pesar de tener una formación cristiana y de haber dedicado su vida al cristianismo, en general, sus ideas pudieron desarrollarse más allá de eso.
Con un pensamiento lógico y, muchas veces objetivo, dejó de lado su esencia cristiana para aportar grandes conocimientos a la humanidad en general.

Immanuel Kant

(Königsberg, hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724 - id., 1804) Filósofo alemán.
Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal, de la que no llegó a alejarse más que un centenar de kilómetros cuando residió por unos meses en Arnsdorf como preceptor, actividad a la cual se dedicó para ganarse el sustento luego de la muerte de su padre, en 1746. Tras doctorarse en la Universidad de Königsberg a los treinta y un años, ejerció en ella la docencia y en 1770, después de fracasar dos veces en el intento de obtener una cátedra y de haber rechazado ofrecimientos de otras universidades, fue nombrado por último profesor ordinario de lógica y metafísica.

La vida que llevó ha pasado a la historia como paradigma de existencia metódica y rutinaria. Es conocida su costumbre de dar un paseo vespertino a diario, a la misma hora y con idéntico recorrido, hasta el punto de que llegó a convertirse en una especie de señal horaria para sus conciudadanos; se cuenta que la única excepción se produjo el día en que la lectura de Emilio o De la educación, de Jean-Jacques Rousseau, lo absorbió tanto como para hacerle olvidar su paseo, hecho que suscitó la alarma de sus conocidos.

La filosofía de Kant

En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado precrítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y su interés por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra, se abrió un lapso de diez años de silencio durante los que acometió la tarea de construir su nueva filosofía crítica, después de que el contacto con el empirismo escéptico de David Hume le permitiera, según sus propias palabras, «despertar del sueño dogmático».

En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer finalmente la Crítica de la razón pura, en la que trata de fundamentar el conocimiento humano y fijar asimismo sus límites; el giro copernicano que pretendía imprimir a la filosofía consistía en concebir el conocimiento como trascendental, es decir, estructurado a partir de una serie de principios a priori impuestos por el sujeto que permiten ordenar la experiencia procedente de los sentidos; resultado de la intervención del entendimiento humano son los fenómenos, mientras que la cosa en sí (el nóumeno) es por definición incognoscible.

Pregunta fundamental en su Crítica es la posibilidad de establecer juicios sintéticos (es decir, que añadan información, a diferencia de los analíticos) y a priori (con valor universal, no contingente), cuya posiblidad para las matemáticas y la física alcanzó a demostrar, pero no para la metafísica, pues ésta no aplica las estructuras trascendentales a la experiencia, de modo que sus conclusiones quedan sin fundamento; así, el filósofo puede demostrar a la vez la existencia y la no existencia de Dios, o de la libertad, con razones válidas por igual.
El sistema fue desarrollado por Kant en su Crítica de la razón práctica, donde establece la necesidad de un principio moral a priori, el llamado imperativo categórico, derivado de la razón humana en su vertiente práctica; en la moral, el hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar teóricamente la existencia de esa libertad. El fundamento último de la moral procede de la tendencia humana hacia ella, y tiene su origen en el carácter a su vez nouménico del hombre.
Kant trató de unificar ambas "Críticas" con una tercera, la Crítica del juicio, que estudia el llamado goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza. Cuando en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético; cuando el fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar, el juicio es teleológico. En ambos casos cabe hablar de una desconocida raíz común, vinculada a la idea de libertad. A pesar de su carácter oscuro y hermético, los textos de Kant operaron una verdadera revolución en la filosofía posterior, cuyos efectos llegan hasta la actualidad.
Aportaciones:
 LA ÉTICA KANTIANA:
Para Kant es un hecho que lo único objetivamente bueno es una buena voluntad. La inteligencia, el valor, la riqueza y todo lo que solemos considerar valioso dejan de tener valor y se vuelven incluso cosas perniciosas si van acompañados de una voluntad torcida. También la felicidad, meta de muchas teorías éticas, tiene un valor relativo frente a la buena voluntad ya que la felicidad del malvado genera repulsión al observador objetivo como si solo fuéramos dignos de ser felices cuando poseemos una buena voluntad.
Que la buena voluntad es buena incondicionalmente podemos demostrarlo como sigue. La naturaleza no hace nada en vano, si un ser natural posee un órgano para satisfacer una función ese órgano es adecuado y perfecto para esa función. El hombre posee razón e instinto y la razón no tiene solo una función teórica sino también práctica que busca el bien moral. Pero la razón difícilmente nos puede hacer felices, el hombre sabio descubre pronto que todas las preocupaciones que nos muestra nuestro intelecto (muerte, enfermedad, pobreza, incertidumbre…) y que los actos buenos de nuestra razón práctica no conducen a la felicidad; sin embargo, el hombre sencillo haya la felicidad sin necesidad de su razón con su mero instinto. Concluye Kant que si el fin del hombre fuera la felicidad la naturaleza no nos hubiese dotado de una razón práctica que elabora juicios morales que no conducen por sí mismos a la felicidad. De este modo sostiene Kant que el hombre ha sido dotado por la naturaleza de razón práctica para otro fin más alto que la felicidad: el bien moral.
Conclusión:
Kant fue un gran filósofo alemán que tuvo muchas aportaciones, entre ellas la teoría del idealismo trascendental que establece que todo conocimiento exige la existencia de 2 elementos.

Karl Marx

(Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883) Pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán.
Karl Marx procedía de una familia judía de clase media; su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo. Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en filosofía por esta última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura subyacente que determina, en última instancia, fenómenos «superestructurales» como el orden social, político y cultural.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).
Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.
Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (particularmente, de autores como Saint-Simon, Robert Owen o Charles Fourier). Tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.

Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) sería la forma de acabar con la civilización burguesa. En 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.

El capital

Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.

Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Denunciaba con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.
Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la revolución que daría paso al socialismo.
En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de producción.
También indicó Marx el objetivo último de la revolución socialista que esperaba: la emancipación definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores), completando así la emancipación meramente jurídica y política realizada por la revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés). Sobre esa base, Marx apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del proletariado» tendría un carácter meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el reforzamiento del poder estatal con la nacionalización de los medios de producción, sino el paso (tan pronto como fuera posible) a la fase comunista en la que, desaparecidas las contradicciones de clase, ya no sería necesario el poder coercitivo del Estado.La Primera Internacional
Marx fue, además, un incansable activista de la revolución obrera. Tras su militancia en la diminuta Liga de los Comunistas (disuelta en 1852), se movió en los ambientes de los conspiradores revolucionarios exiliados hasta que, en 1864, la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) le dio la oportunidad de impregnar al movimiento obrero mundial de sus ideas socialistas.
En el seno de aquella Primera Internacional, gran parte de sus energías las absorbió la lucha contra el moderado sindicalismo de los obreros británicos y contra las tendencias anarquistas continentales representadas por Pierre Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin. Marx triunfó e impuso su doctrina como línea oficial de la Internacional, si bien ésta acabaría por hundirse como efecto combinado de las divisiones internas y de la represión desatada por los gobiernos europeos a raíz de la revolución de la Comuna de París (1870).
Retirado desde entonces de la actividad política, Marx siguió ejerciendo su influencia a través de sus discípulos alemanes, como August Bebel o Wilhelm Liebknecht; desde su creación en 1875, ambos fueron figuras de peso en el Partido Socialdemócrata Alemán, grupo dominante de la Segunda Internacional que, bajo inspiración decididamente marxista, se fundó en 1889. Muerto ya Marx, Engels asumió el liderazgo moral de aquel movimiento y la influencia ideológica de ambos siguió siendo determinante durante un siglo.
Sin embargo, el empeño vital de Marx había sido el de criticar el orden burgués y preparar su destrucción revolucionaria, evitando caer en las ensoñaciones idealistas de las que acusaba a los visionarios utópicos; por ello no dijo apenas nada sobre el modo en que debían organizarse el Estado y la economía socialistas una vez conquistado el poder, dando lugar a interpretaciones muy diversas entre sus adeptos. Dichos seguidores se escindieron entre una rama socialdemócrata cada vez más orientada a la lucha parlamentaria y a la defensa de mejoras graduales salvaguardando las libertades políticas individuales (Karl Kautsky, Eduard Bernstein, Friedrich Ebert) y una rama comunista que dio lugar a la Revolución bolchevique en Rusia y al establecimiento de Estados socialistas con economía planificada y dictadura de partido único (Lenin y Stalin en la URSS y Mao Tse-tung en China).
Aportaciones:

Materialismo histórico

Carlos Marx consideraba que la sociedad humana estaba determinada por sus condiciones materiales o por las relaciones personales. Descubrió la ley de la evolución de la historia humana.
El materialismo histórico indica que para el desarrollo de una sociedad, la producción de bienes materiales es fundamental. El progreso de la sociedad depende de ir perfeccionado dicha producción material.
El cambio económico-social se basa en la substitución de las relaciones de producción. Lo más importante en la teoría del materialismo histórico de Carlos Marx está en haber fijado su atención en la producción de material y en las leyes económicas de la sociedad.
Su teoría dejó por primera vez al descubierto como una sociedad evoluciona al hacer crecer sus producciones materiales. Esto dio lugar a entender, por primera vez, el gran poder que tienen las masas populares y obreras. Se comprendió así, la historia de la evolución social.

La lucha de clases

En la historia de la humanidad siempre ha existido la lucha entre los pueblos y las sociedades, seguido de períodos de revolución y guerras.
Toda sociedad se divide en dos grandes grupos enemigos entre sí, que se enfrentan directamente: los capitalistas y la clase obrera. De todas las clases que se enfrentan con la clase capitalista, únicamente la clase obrera es la revolucionaria.

Teoría de la alienación

La primera vez que expuso su teoría de la alineación lo hizo en los Manuscritos económicos y filosóficos (1844). Carlos Marx afirmaba que la alineación no es más que el resultado sistemático del capitalismo.
En el capitalismo, los resultados de la producción pertenecen a las personas que crean el trabajo, expropiando el producto creado por los demás.

El Manifiesto Comunista

El Manifiesto Comunista lo escribió Carlos Marx basándose en el trabajo que dejó preparado Friedrich Engels. También contó con la ayuda de su mujer, Jenny Von Westphalen. Fue publicado el 24 de febrero de 1848.
Representó la primera estructuración del socialismo moderno. La elaboración de este manifiesto fue por mandato de la Organización internacional de La Liga de los Comunistas, debido a que en ese momento Europa estaba pasando por una grave crisis económica que causaba mucho daño a la clase obrera.
Tres días más tarde de la publicación del Manifiesto Comunista, estalló una rebelión de la clase obrera en París que provocó la caída del reinado de Luis Felipe de Orleans, llevando al país a la proclamación de la Segunda República.

El Capital : Crítica de la economía política

Esta obra cumbre de Carlos Marx se compone de tres partes, la primera de ellas se publicó en 1867, las otras dos partes lo hicieron una vez que Marx había ya muerto, con la recopilación que hizo Engels de todo el material que dejó escrito. Se trata de un análisis histórico de la economía del sistema capitalista.
En él explica la teoría de la plusvalía donde la clase capitalista da a la clase obrera solamente lo justo y necesario para sobrevivir, de esta manera se queda con el valor que ha producido el obrero que es mucho mayor que lo que le ha pagado.
Este valor es lo que se conoce como plusvalía, que es lo que hace aumentar la riqueza del capitalista.

Ideas de la Primera Internacional

Esta organización fue fundada el 28 de septiembre de 1864 para agrupar a los obreros de los países europeos. Su fin era acabar con la explotación que recibían los obreros por parte de la burguesía. Carlos Marx se convirtió en su líder intelectual.
En el Manifiesto inaugural el propio Carlos Marx lo acabó al grito de “¡Proletarios de todos los países, uníos!” al igual que ya lo hizo en El Manifiesto Comunista.

Aportaciones económicas

La interpretación económica que realizó Carlos Marx ha constituido la de mayor importancia.
Una de sus teorías más conocidas en este ámbito es la teoría del valor, donde sostiene, que el valor económico de un producto o un servicio, viene determinado por la cantidad total de trabajo que se necesita para producirlo.

Fundador de la sociología moderna

La sociología es el estudio de la sociedad y la acción social que ejercen las personas en ella. A Carlos Marx se le considera uno de los principales pilares en este ámbito, ya que sus conceptos sobre el materialismo histórico, los modos de producción y la relación entre capital y trabajo son consideradas las claves de la sociología moderna.

El secreto de la mercancía

Carlos Marx distingue en las mercancías su valor de uso y su valor de cambio. En una sociedad basada en el capitalismo, el peso de la misma recae en las mercancías, siendo estas la parte fundamental del sistema.

A este fenómeno Carlos Marx lo denominó como fetichismo, dónde los objetos pasan a ser mercancías. En los sistemas capitalistas, las relaciones sociales son sustituidas por acuerdos monetarios.

 Método dialéctico

La base dialéctica de Carlos Marx era la hegeliana. Su concepción sobre la lógica dialéctica estaba vinculada con la historia de la sociedad.

La clave fundamental del método dialéctico está en entender a la sociedad como un todo y su propio desarrollo histórico viene dado por sus contradicciones.
Conclusión:
Karl marx fue una persona muy importante, tuvo varias contribuciones, todas muy importantes, una de ellas es la teoría marxista de la alienación que es la interpretación antropológica del concepto psicológico de alienación

Comentarios

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